La verdad es concreta

Octubre en el norte:

temporal del noroeste

1995

Octubre en el norte: temporal del noroeste es un vídeo realizado por Marcelo Expósito en 1995, con una duración de 92 minutos. Fue producido para el proyecto de intervenciones urbanas puente… de pasaje, comisariado por Corinne Diserens y coordinado por Franck Larcade en la ciudad de Bilbao, contando con la colaboración del Instituto Francés de Bilbao, el centro Arteleku, la Filmoteca Vasca de Donostia y el Centro de Imágenes y Nuevas Tecnologías (CINT) de Vitoria-Gasteiz.

Se podría afirmar que se trata de un vídeo sobre Bilbao y su entorno en la medida en que su formato cita las sinfonías urbanas de Walther Ruttmann o Dziga Vertov que en los años veinte retrataron metrópolis turbulentas como Moscú o Berlín. Su apariencia de extenso collage o «fotomontaje político audiovisual» se organiza alrededor de un eje y dos imágenes.

Las imágenes son exactamente antagónicas, una el perfecto negativo de la otra. Por un lado está el Museo Guggenheim de Bilbao, que en el momento en que este vídeo fue rodado era todavía más semejante al esqueleto de un depredador arcaico de brutales proporciones. A pocos kilómetros, las sobrecogedoras excavaciones que en la legendaria zona minera de Las Encartaciones testimonian con qué virulencia se produjo, a lo largo de décadas, el desarrollo industrial y siderúrgico y la acumulación de capital en manos de la burguesía vasca. Este vídeo pone en contraste el volumen autoritario en erección de la nueva arquitectura de seductoras ondulaciones con el gigantesco socavón cuyo vacío señala dónde se situaba originalmente el pueblo minero de Gallarta.

El eje es al mismo tiempo geográfico, temporal, histórico y simbólico. La cinta tiene como espina dorsal el recorrido que dos cineastas locales, los hermanos Azkona, plasmaron en 1920 en Puerto de Bilbao: una de las arquetípicas navegaciones a través de la Ría de Bilbao, desde el interior metropolitano hasta la desembocadura del Abra, cruzando por debajo del magistral Puente Colgante que une las márgenes izquierda y derecha de la Ría tanto como separaba a las clases sociales que a cada lado se asentaban. Este recorrido se ve repetidamente interrumpido por materiales heterogéneos y a veces inesperados (filmaciones contemporáneas del área de la Ría en demolición y reconstrucción, imágenes de archivo de conflictos laborales durante la desindustrialización, músicas de Mikel Laboa, poemas de Bertolt Brecht o imágenes de Eisenstein, entrevistas con Santos Zunzunegui o habitantes de Gallarta, una parada en el observatorio meteorológico de Monte Igueldo) para conformar, durante hora y media, una narración compuesta de fragmentos, sinuosa unas veces, otras entrecortada, sembrada de contrapuntos que buscan reconstruir en el plano de la representación la memoria del antagonismo y del conflicto.

Cuando este trabajo fue realizado, en 1995, los procesos de transformación de las metrópolis industriales como el área del Gran Bilbao todavía eran inciertos. Octubre en el norte: temporal del noroeste registró esos primitivos cambios y nos recuerda que la labor del historiador es, justamente como la del cineasta, una tarea de montaje: consiste en privilegiar unas imágenes y unos relatos descartando otros a la hora de construir narrativas que nunca son inocentes porque buscan intervenir en el presente. El aparato tecnocrático optaba por privilegiar un discurso identitario y «contable». Este vídeo eligió traer al centro —aunque lo hiciera problematizando la historia— la experiencia vital, luchadora y afectiva de las clases trabajadoras.